Pie diabético
Sobre esta patología
El aumento de los niveles de glucemia (“azúcar en sangre”), va generando daño en los vasos sanguíneos (angiopatía) y en los nervios (neuropatía). Con el paso del tiempo, la llegada de la sangre (irrigación) y la sensibilidad del pie, se ven comprometidas.
La disminución o falta de sensibilidad sumada a la deficiente circulación, generan un pie en riesgo. En estos casos, pequeñas lesiones pueden pasar desapercibidas debido a la disminución o falta de sensibilidad. La mala “circulación” es responsable de una incorrecta cicatrización y del aumento de los riesgos de sufrir deformidades, callosidades, ulceras, infecciones de difícil tratamiento y hasta amputaciones con riesgo de vida.bien cualquier persona con diabetes puede tener problemas con sus pies, hay factores que aumentan los riesgos del pie diabético, entre ellos encontramos los siguientes: Malos controles de glucemia (valores de glucosa en sangre aumentados). Inadecuado control diario de los pies. Tabaquismo. Abuso de alcohol. Utilización de calzado inadecuado. Enfermedades asociadas.
¿Cómo puedo disminuir los riesgos de padecer un Pie Diabético?
La mejor forma de disminuir los riesgos de esta patología es mediante la prevención. Los controles clínicos adecuados y periódicos, junto a la inspección diaria de los pies en busca de lesiones en estadios iniciales, pueden evitar consecuencias nefastas.
¿Cómo realizar los controles diarios de los Pies?
Los controles de los pies deben ser diarios, en un área bien iluminada. Debe revisarse todo el pie (el dorso, la planta, los costados, entre los dedos y las uñas). En los casos en que la inspección de la planta sea dificultosa, puede utilizarse un espejo o incluso puede ser necesaria la ayuda de otra persona. FIG 1.
Control diario
Revisar con buena luz, y entre los dedos de los pies
Higiene
Mantener una higiene adecuada y cambiar al menos dos veces al día de calzado y medias.